Revelaciones

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Hace a penas un mes que mi vida ha cambiado radicalmente. Pero tan radicalmente que contradicciones que creía irresolubles se han aclarado para dar lugar a otras nuevas, y eso me hace feliz, hacía mucho que no salía de mi zona de confort de contradicciones conocidas.

Hacía tiempo que a pesar de las adversidades no me sentía tan realizada sin ser tan siquiera en mi campo. Madurar o crecer a pasos agigantados… y la hostia será tremenda,pero merece la pena. Merece la pena intentarlo. ¿Qué me queda si no? Si el no, siempre lo he tenido… es hora de labrarme más preguntas, más intereses, más retos, más aceptaciones…

Que a la gente, le encanta mellar lo suficiente como para autoboicotearnos con 3 frases bonitas sin haberlo ni intentado… es tan fácil ponerse en la piel de los demás a veces, que olvidamos de que está hecha la propia…y con qué queremos mejorarla…

Terrorismo emocional/amigos

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¿Sabes ese momento en el qué te das cuenta de cuales son tus amigos? Si ese puto momento en el que tu vida es tan puta mierda que aunque no tengas su misma opinión, es el único lugar en el que poder refugiarte, el único lugar en el que no te juzgan, y aunque lo hagan, se lo guardan, no tiran por tierra tus sueños, sino que los alimentan. En eso consiste la buena gente de verdad. En quién no te juzga por tu pasado, en quien debate, en quién te hace crecer a pesar de las diferencias, y quien te hace aprender sin imponerte nada, quién siempre te respeta lo mínimo como para quererte por lo que eres, no por lo que quieres ser, y aún así, nunca deja de alentarte a que lo intentes… me siento tan agradecida, que si me muero mañana aunque no me haya realizado, aunque llore por ello, la verdad es que moriría feliz. Yo sé que John Wayne, tenía razón: «Hay que ser de los buenos, porque ya hay demasiados malos…» y puede que esté equivocada, pero me ha valido más el último mes de mi vida que 23 años de mentiras piadosas… Gracias, amigos. (al menos, los pocos que he tenido ;))

Desquicie

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Es bonito tener objetivos, metas, planes de futuro, sueños… hay infinitas formas de nombrar aquello que sabes que te haría levantarte de la cama de un salto con una sonrisa de oreja a oreja. El problema es que siempre nos quedamos con las intenciones, y remoloneando 5, 10 o 60 minutos más entre un puñado de sábanas arrugadas con la babilla colgando. A veces esto pasa durante 5, 10 o 60 años de tu vida. Y entonces maldices las intenciones, maldices la babilla caliente en la almohada, le pegas un puñetazo al espejo y mientras la depresión te va devorando recuerdas que hubo un día en que podías haberlo hecho, pero que preferiste la burda comodidad de ser una don nadie más ocupándote de trivialidades mugrientas que echarle ovarios, derribar tus miedos, superarte a ti misma, convertirte en quien querías ser para mostrar al mundo sin tapujos lo que todavía estaba por llegar. Todos los cobardes se disfrazan de valientes, hasta que se asquean y entonces… puedes coger ese cuchillo y abrirte las venas, o puedes seguir fingiendo que estás contenta con la mierda de vida que te has construido y por la que no has luchado, o tal vez… no sea tarde para empezar ese crecimiento personal y empezar a vivir como realmente quieres, a pesar de los rechazos, de las hostias, de los llantos, del esfuerzo, de la constancia, del talento, de las opiniones, de los buitres, de los aplausos, de los elogios, de las calumnias, de los putos miedos… tal vez no sea tarde para empezar a ser segura de una misma, tal vez nunca sea tarde para nada, quizá solo sea tarde para ver cuando ya no puedes ver, cuando la enfermedad te ha devorado por completo y te convierte en una mediocre más.

Y tú ¿Qué vas a hacer mañana?